El MBS-K30 es un sensor de dióxido de carbono especialmente diseñado para el sistema Carbon-X, proporcionando mediciones en tiempo real con rápida respuesta para una gestión segura del CO₂.
Este sensor detecta concentraciones de dióxido de carbono en el ambiente y envía los datos al controlador Carbon-X (CDA-1), permitiendo ejecutar acciones automáticas como el apagado de generadores de CO₂ o la activación de ventilación cuando se superan los umbrales de seguridad. Incorpora un set de cables para instalación plug-and-play, y está calibrado para ofrecer lecturas confiables y estables en entornos de cultivo. Es fundamental en sistemas que manejan suplementación de CO₂ para asegurar un ambiente seguro para personas y plantas.